domingo, 27 de marzo de 2011

ANTITAURINO - POR LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES


Hace unos días vi una corrida de toros. De niña presenciaba estas corridas con algo de pasión y como si fueran un espectáculo; sin darme cuenta que ese espectáculo era la más cruel tortura a un animal noble y bello, como el toro. Se le aplaudía al torero su destreza y luego se le daba premios, de orejas o rabos, por ser el mejor de la corrida de la tarde. Como espectadora sentía que se trataba de un espectáculo hasta “cultural”.

Años después años vi una corrida con la cual quedé devastada. Primero, por la forma en que sacaban al toro después de un largo encierro, para que los picadores hundan sus lanzas en el lomo de cada toro. Después, antes de darle la estocada, el toro pasaba por una serie de maltratos. No podía creer que en otro tiempo yo haya sido admiradora de esta salvaje e inhumana matanza. Los ojos se me llenaron de lágrimas. ¿Cómo es posible que en este siglo aún se permita esta serie de maltratos a los animales?

En el segundo tercio de la corrida se ejecuta la "suerte de banderillas", en la que los "subalternos", "banderilleros" o "toreros de plata", como queramos denominarlos, ponen al toro tres pares de banderillas.



Para quienes no saben, las banderillas tienen una punta con una especie de arpón que, después de ser clavada en el lomo del toro, hace que la banderilla quede colgando, jalando la piel y la carne del animal. Con estas hemorragias el toro se va debilitando por la perdida de sangre. La cobardía de los toreros se hace evidente cuando el toro, en su afán por defenderse, logra tirar la capa del torero al piso. Inmediatamente el torero se corre (no importa cuan débil se encuentre ya el toro) y entran al ruedo 3 o 4 toreros para ayudar al “desarmado”, con capas para marear al toro que se debate antes una pelea injusta y cruel.

Sin embargo, si el toro elegido para esa tarde se pone un poco perezoso es frustrante para el torero y la masa insana que asiste a estas corridas, porque desean ver a un toro brioso, bravo. En esas circunstancias normalmente salen en sus caballos los picadores con sus lanzas para hincar y poner rabioso al toro, para que de un mejor espectáculo.

Lamentablemente en nuestro país la prensa apoya estas corridas crueles y las personas que asisten a estas plazas supuestamente pertenecen a las clases sociales más altas. Ellos lamentablemente están viviendo en el pasado. Diría que son de clase A de asesinos, animales, acuchilladores, atroces y antihumanos



No sé si se pueda combatir el fanatismo y la intolerancia con gritos o protestas, pero mi corazón se llena de rabia e impotencia al ver como en nuestra época puedan existir personas “humanas” haciendo escarnio de un animal indefenso. No puedo concebir tanta maldad, mi espíritu y alma se conmueven hasta el pesar.

Tampoco comprendo a tantos amigos del FB metidos en líos estúpidos e intrascendentes, en luchas por pequeñas diferencias, como si fueran de gran importancia. O como si pequeños matices en la interpretación de los derechos humanos fueran de vital importancia, cuando se está cometiendo semejante abuso contra los
animales. A veces no puedo entender tanta ignorancia.



Quizá ahora somos pocos o minoría los que estamos conscientes de estas atrocidades. Pero sabemos, por la historia, que no siempre la mayoría tienen la razón, y que las minorías a veces logran romper esquemas, reinos, dictaduras o abusos de nuestra sociedad, especialmente si se trata de los derechos de los desvalidos, los desamparados e indefensos. Incluso por los derechos de los animales. Quizás es mi sueño que seamos muchos, el día de mañana, los que levantemos la voz por estos temas de suma importancia. Ahora mi corazón se llena de esperanza, pues no estamos solos, y solo nos queda ser perseverantes y llenos de fe en nuestra lucha por la vida.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

putosss¡¡¡

michael vasquez dijo...

se le debe hacer lo mismo a esos PUTOS TOREROSSSS¡¡¡¡... MARICONES por que no se ponen a practicar el box.

Anónimo dijo...

malditos gays toreros omejor dicho culeros