La pintura de Juan Milla Jara continúa la propuesta de los indigenistas de las década de 1920 y 1930 (Sabogal, Codesido, Brent), pero con una mayor y más determinante presencia de la cosmovisión y los mitos andinos. Tal vez habría que calificar a esta pintura de “neo-indigenista”, un término que se ha usado para diferenciar a la narrativa indigenista a partir de José María Arguedas de la de los indigenistas de primera generación.
La renovación del indigenismo planteada por Milla Jara se da en todos los aspectos de la pintura. Formalmente, hay un evidente afán de experimentar con la luminosidad y el color, a través de técnicas que remiten a las obras de los principales posimpresionistas: la materialidad de la pincelada, los trazos corridos, la brillantez de los colores. Por eso sus cuadros “cobran vida”, pues los colores brillantes y vibrantes parecen saltar de la superficie plana que los contiene.
Los objetos y seres que encontramos en estos cuadros son siempre elementos sustanciales de la vida cotidiana del hombre andino: vegetales (tubérculos, frutas) aljos (perros peruanos), andenes y escaleras, instrumentos musicales, danzantes, etc. Todos ellos se integran a un fondo también vibrante y colorido, conformado por el cielo azul, las estrellas, las constelaciones, los cerros tutelares, etc. Así, el conjunto adquiere siempre un carácter cósmico, relacionado íntimamente con los mitos y la visión del mundo propia de la cultura andina.
Exposición Individual “Antología” de Juan Milla Jara
Galería: “No Galería”.
Centro Cultural CAFAE-SEA
Avenida AREQUIPA 2885. San Isidro.
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